Lozoyuela, Madrid, 29 de septiembre de 2012
Quedamos en
el vivero de Arba de Lozoyuela para comenzar el otoño con ganas, en un año
terrible por los incendios que han calcinado más de 165.000 hectáreas de
territorio español. Este drama,
lejos de desmotivarnos, nos da más fuerzas para seguir mirando a nuestros
montes con esperanza y muchas ilusiones. Debemos seguir trabajando juntos para
echar una mano al bosque, recogiendo semillas, haciendo repoblaciones,
divulgando a todos la importancia de conservar nuestras masas forestales y
sintiendo la fuerza de los árboles que nos transmiten la esencia de la vida.