El puerto de
Somosierra nos recibió con niebla, viento y lluvia. Como aquella situación no
cambiaba decidimos posponer la excursión al Abedular prevista para esta ocasión
y bajar la vertiente norte de la sierra para visitar las Hoces del Duratón, en
tierras segovianas, no muy lejos de donde estábamos.
La soledad
de la llanura queda interrumpida por la excavación que durante millones de años
ha provocado el río Duratón en las calizas marinas sedimentadas durante la era
secundaria, convirtiendo estas hoces en uno de los paisajes más impresionantes
del centro peninsular y protegido como Parque Natural desde 1989.