El sábado 24 de noviembre, PequeArba visitó El Piélago, en la Sierra de San Vicente, para una actividad conjunta con Esparvel-Talavera. Nuestros objetivos eran de aprendizaje (conocer el entorno), sensibilización (comprobar el impacto del incendio que sufrió la zona en agosto), intervención (plantando bellotas y reparando una fuente) y disfrute (del paisaje, la compañía, el yantar y la naturaleza).
Nos citamos a las 10:30 en el Área Recreativa de El Piélago, cuatro familias de PequeArba y en torno a siete de Esparvel-Talavera. Debido a algún problema de preparación, estuvimos esperando a los organizadores de Esparvel hasta pasadas las 11:30 y nos trasladamos directamente a la Fuente del Labrado Carbón. Por esa zona precisamente pasa el límite al que llegó el incendio del pasado mes de agosto y lo primero que hicimos fue una batida plantando bellotas en la zona quemada. La Fuente se destruyó como consecuencia del paso de las máquinas que improvisaron un cortafuegos.
Gracias al esfuerzo de un gran número de observadores y algunos empeñados obreros, rediseñamos la fuente para que las próximas lluvias terminen de asentar el manantial y abrevadero. Con esto nos dio la hora de comer. Después de compartir el picnic, nos despedimos de Esparvel-Talavera y las pequearberas y pequearberos hicimos la ruta hasta el Castillo de San Vicente. Allí pudimos repasar, a través de la arqueología, elementos de historia medieval y moderna, y disfrutar de la luz de la tarde sobre el nebuloso valle del Tajo, bordeado por los montes de San Vicente. Terminamos la jornada con unos cafés y unos futbolines en El Real de San Vicente.
Gracias al esfuerzo de un gran número de observadores y algunos empeñados obreros, rediseñamos la fuente para que las próximas lluvias terminen de asentar el manantial y abrevadero. Con esto nos dio la hora de comer. Después de compartir el picnic, nos despedimos de Esparvel-Talavera y las pequearberas y pequearberos hicimos la ruta hasta el Castillo de San Vicente. Allí pudimos repasar, a través de la arqueología, elementos de historia medieval y moderna, y disfrutar de la luz de la tarde sobre el nebuloso valle del Tajo, bordeado por los montes de San Vicente. Terminamos la jornada con unos cafés y unos futbolines en El Real de San Vicente.
2 comentarios:
Qué bien lo pasamos! Los enanos aprendieron y lo pasaron muy muy bien. Y la excursión final, con las vistas increíbles que teníamos, fue el remate del día.
Enhorabuena otra vez!
Los pequearberos disfrutaron mucho plantando robles y recogiendo castañas. Después de comer subimos al monte Venus, desde allí pudimos disfrutar de la belleza del paisaje y por la otra vertiente de la montaña, comprobar los efectos devastadores de un incendio. Ojalá hayamos contribuido a que el paisaje vuelva a ser lo que era.
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